Contamos con un espacio exclusivo de más de 100m2 para aplicar con los niños, estas técnicas que ayudan a un crecimiento sano tanto física como psíquicamente.
Aunque la psicomotricidad es muy conveniente para niños con hiperactividad, dificultades de aprendizaje o de integración, resulta muy beneficioso para niños y niñas hasta los ocho años.
Con ella se trabajan tres aspectos fundamentales para el normal desarrollo.
El motor, ayuda a tomar consciencia y percepción de su propio cuerpo y a la organización y estructuración espacio-temporal. Mejora la coordinación entre tacto y vista, así como la lateralidad.
El socio-afectivo, participa en la descarga de la impulsividad levando al niño al equilibrio afectivo. Potencia la socialización con personas de edad similar, a la superación de los miedos, a gestionar y expresar las emociones y a aumentar la autoestima y el autoconcepto.
El cognitivo, muestra unos grandes avances en cuanto al aprendizaje: mejora la memoria, el razonamiento, la percepción, la concentración y la atención. Estimula notablemente la creatividad.
Como no podía ser de otra manera, las actividades psicomotrices se basan fundamentalmente en el recurso didáctico del juego, aunque de una manera muy especial.
Es fundamental que el niño explore al máximo los elementos que se encuentran en su entorno y pueda llegar a ser capaz de descubrir diferentes aplicaciones. Para ello acompañamos en el desarrollo del juego pero nunca dirigiendo, pero sí sugiriendo para que, a partir de la ayuda recibida pueda desarrollar más potencial.